Diario La Verdad / Sociedad y Cultura / 08/11/2023
IN MEMORIAN
Pepe Lucas no se ha ido
El pasado 23 de Octubre fallecía en Madrid José Lucas, a los 77 años, un pintor comprometido con todo lo que hacía pero, sobre todo, con la dignidad y con el arte, un creador apasionado hasta el extremo y con una libertad de verbo y pensamiento que lo significaban en todo aquello en lo que intervenía. Ejemplos de ello los hay en gran cantidad en la hemeroteca regional y nacional donde se recogen sus grandes aportaciones artísticas y sus opiniones, no siempre del agrado de todos, acerca de aquello que le preocupaba.
Era una persona de fuertes convicciones y muy comunicativa, solidario, empático, eterno amigo de sus amigos, pero, sobre todo, compañero leal, muy generoso, y siempre preocupado por lo que compartía con quien tuviera enfrente. Le conocí allá por el año 1987, en una reunión donde, junto a otros grandes creadores de esta región como el pintor José María Párraga, el escultor José Hernández y otros muchos, se pergueñó la Asociación de Amigos del Faro, entidad que tuvo un protagonismo cultural importante en el estío mazarronero. Pepe veraneaba en Mazarrón desde hacía muchos años, aquí pasaba parte de los meses de Agosto y Septiembre y no volvía a Madrid hasta que no asistía a las corridas de toros de la Feria de Murcia, porque era un aficionado que disfrutaba este otro arte. En sus estancias en nuestro pueblo seguía pintando todos los días, era un trabajador incansable, muy prolífico y con una gran visión de futuro. Se interesaba por todo y, de manera especial, por todo lo que aquí ocurría en el terreno cultural. Siempre recordaré todos esos ratos que he pasado en su compañía, hablando de esto y de lo otro, riéndonos de anécdotas compartidas durante años y, al final, siempre salía una propuesta nueva, un por qué no planteas este proyecto, en definitiva, fue un consejero muy importante para mi y me ayudó en algunas de las actividades culturales que afrontamos desde la Universidad Popular.
Le gustaba, especialmente, la literatura y atesoraba lecturas de todo tipo. Era una persona culta. En este tiempo participó unos años como jurado del Villa de Mazarrón de cuentos, actividad que no dejó de apoyar nunca. Contertulio del Café Gijón, ha conocido a muchas de las personalidades de las letras españolas y ha compartido con ellos una gran amistad. Pepe siempre ha estado cerca del arte y la belleza.
No voy a glosar su calidad artística porque es pública y ampliamente reconocida a todos los niveles, ya hay voces más autorizadas que la mía para este menester, pero si quisiera señalar su colaboración conmigo en la elaboración de una carpeta artística que editó el Ayuntamiento de Mazarrón y que llevó por título “A siete tintas”. Una magnífica obra de arte que pergueñó junto a su amigo y maestro serígrafo Pepe Jiménez y que vio la luz en 2014. También dos portadas de la edición del libro que recoge los trabajos premiados en nuestro concurso de cuentos y, en definitiva, un sinfín de consejos que hacían que la relación con él fuese una eterna pelea del hombre con el destino.
Nos deja un pintor excepcional que supo muy pronto con qué quería enriquecer su vida y aunque le costó, con etapas inciertas, acabó en manos de la pintura y fue feliz. Lo echaremos de menos, pero su talante y su hacer impregnarán largo tiempo el futuro. Quien fuera un gran letraherido, un gran conversador, un gran pintor y un gran amigo nos ha dejado.
Entendemos el lance y ventura de una original vida apasionada. Pintor o nada, no hay más.
José María López Ballesta